Visita el Marruecos más cinematográfico

Elsilencio

Nuev@ Applesan@
Visita el Marruecos más cinematográfico

A Marruecos se le conoce como el Hollywood del desierto. Es el escenario, de puertas falsas y pasadizos secretos donde Timothy Dalton encarnó a James Bond en 007: Alta tensión y donde Russel Crowe se jugó la vida peleando con tigres para las escenas de Gladiador.

Gladiador, La Joya del Nilo, La Guerra de las Galaxias y otras películas más se filmaron en esta tierra desértica

Éstas y otras películas, han sido filmadas en los sets del Atlas Studio, al sudeste del país africano, muy pocos kilómetros lo separan del desierto del Sahara.

Visitarlo tiene un costo de tres dólares por adulto, es el derecho por ver ese mar de rocas y arena caliente que se cuela en la ropa y la nariz cuando sopla el viento. Por eso conviene envolverse la cabeza con un turbante, como lo recomiendan los guías árabes que también participan como extras en los rodajes.

Dentro del set, que existe desde los años 70, está el avión con el que huyó Michael Douglas en La joya del Nilo y también está la réplica de un monasterio tibetano que fue escenario de Kundun, la película de Martin Scorsese. En sus patios polvorientos marcharon también los soldados romanos que flagelaron a Willem Dafoe cuando interpretó a Jesús en La última tentación de Cristo. Los recorridos se ofrecen diariamente, en tres idiomas: árabe y francés (hablas oficiales marroquíes) e inglés.

Las mil y una noches

Pero la travesía no termina ahí. Saliendo de los estudios se ofrecen tours por toda la región sur, conocida como "la ruta de las mil kasbas" (ciudadelas) haciendo referencia al mítico relato de Las mil y una noches. Actualmente es uno de los lugares más frecuentados por los turistas que viajan en familia y que quieren hacer realidad la fantasía oriental.

El viaje consiste en recorrer unos 350 kilómetros entre montaña y desierto a través del Valle del Dades, visitando kasbas (fortalezas de barro) que fueron escenario de películas o mutaron en hoteles de lujo con piscina, desayunos con dátiles y guías profesionales que te invitan a pasear en camello.

Las kasbas, con sus cuatro torres en las esquinas, fueron construidas en el siglo XVII, y cuando Marruecos fue colonia francesa, entre 1912 y 1956, sirvieron de cuartel para las tropas. Aït Benhaddou es la más grande y mejor conservada del país, donde se filmaron Jesús de Nazaret (Franco Zeffirelli) y Las Aventuras del Joven Indiana Jones. Sus grandes murallas, que se ven doradas al atardecer, fueron levantadas entre palmerales, sobre las colinas del Atlas, la cadena montañosa que atraviesa Marruecos de norte a sur, donde florece la rosa pérsica, que se utiliza para fabricar aceites y decoraciones con pétalos.

En el camino aparecen vendedores que ofrecen artesanías de barro y piedras brillantes, mientras llegan a Ouarzazate, la ciudad que concentra el negocio turístico del sur y que es considerada el centro cinematográfico del país. En su plaza Djemaa el-Fna, donde la principal atracción son los encantadores de serpientes y los adiestradores de monos, termina la ruta de las mil kasbas.

Esta plaza es un circo viviente: hay malabaristas, dentistas ambulantes, vendedores de agua y curanderos que venden infusiones de raíces y ralladura de iguana disecada. Es aquí donde se filmaron algunas escenas de La Guerra de las Galaxias y Babel.

Las dunas de Marruecos también han suplantado paisajes, desde los desiertos de Nuevo México, hasta el Atlas argelino, pasando por las orillas del Níger. Ha sido la zona de conflicto de oriente medio en decenas de producciones como Red de Mentiras, El reino de los cielos y De Dioses y de hombres, desarrollada en el contexto de la guerra civil argelina del siglo pasado.

El Sur marroquí gusta tanto a mayores como a pequeños, podrá vivir una aventura con sus hijos que le dejará imágenes inolvidables.

Hacia Ouarzazate

Desde 1984, a 3 km de la ciudad se instalaron estudios de cine que se pueden visitar si no están rodando. Allí los niños podrán ver los decorados de Astérix y Obélix: misión Cleopatra, mientras los adultos podrán ver los decorados de Gladiator, de Kundun, de Harén o incluso de El cielo protector. En los alrededores, se pueden visitar otros decorados al aire libre con un guía.

Fortalezas
Siguiendo la ruta hacia el Norte, descubrirá un lugar mágico que sirvió de marco para el cine (Lawrence de Arabia, Gladiator...), se trata del ksar de Aït Benhaddou. Un suntuoso pueblo fortificado declarado Patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO por donde pasear agradablemente en familia. En esta fortaleza se celebra cada año en septiembre el festival Ahwach, destinado a fomentar el patrimonio popular de la región. Al recorrer sus laberínticas callejuelas de adobe, le entrarán ganas de explorar todos los ksour y las casbas de la región, que jalonan tanto el valle del Drâa como el del Dades.

Más lejos
El valle del Dades, además de sus hermosos pueblos bereberes, posee unos lugares espectaculares que sorprenderán a toda la familia, desde el valle de las rosas hasta las gargantas del Todra, pasando por el palmeral de Skoura. Entre abril y julio, podrá visitar la reserva ornitológica del valle de los pájaros, en el yebel Saghro, donde podrá observar algunas de las 150 especies censadas. Muchas agencias y operadores de viaje ofrecen excursiones al desierto aptas para niños, reuniendo las óptimas condiciones de seguridad y protección necesarias. Vivirá experiencias intensas con los más pequeños pernoctando en jaimas o paseando en dromedario.

MÁS INFORMACIÓN
www.visitmorocco.com
 
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