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Asesino en serie en Long Island NY tiene en jaque a la policía
- Hallan cadáveres recientes y otros de hace dos décadas enterrados en la playa
- El Jack el destripador estadounidense sorprende por su inteligencia
Las playas de Long Island son el lugar preferido donde los neoyorquinos para escapar del calor veraniego y para pasear en la primavera y el otoño disfrutando de sus arenas blancas y de sus espectaculares vistas del Atlántico.
El invierno es otra cosa. Duro, frío, el viento que sopla en la cara y la nieve que cubre una zona de alta vegetación, imposible casi de penetrar y un lugar ideal para esconder cualquier cosa.
Basura, viejos coches y también restos humanos.
Desde diciembre, la policía de los condados de Nassau y de Suffolk han encontrado los restos de 10 personas de distintas edades.
El martes se supo que uno de los muertos puede ser un niño de cinco años, junto con el cráneo de un hombre, huesos humanos todavía no identificados y los cadáveres descompuestos de, al menos, cuatro prostitutas desaparecidas en los últimos dos años.
Las autoridades creen que algunos restos humanos llevaban escondidos allí desde hace muchos años y otros, los de las mujeres, todas ellas de poco más de 20 años, han sido enterrados recientemente y que hay un asesino en serie que ha elegido Jones Beach y Gilgo Beach para esconder a sus víctimas.
Los investigadores sospechan que la persona que haya asesinado a las prostitutas conoce muy bien la forma en la que actúa la policía y puede ser uno de los suyos.
El asesino puede ser cualquiera afirmó Kevin Smith, uno de los detectives encargados del caso.
El autor de los homicidios ha empleado el teléfono móvil de una de sus víctimas, Melissa Barthelemy, de 24 años, para llamar telefónicamente a su madre y a su hermana.
Las llamadas fueron breves, de menos de tres minutos y realizadas desde lugares muy transitados de Nueva York como Times Square y el Madison Square Garden.
Además cuando contactó con las prostitutas, que ofrecían sus servicios en el sitio de la red Craiglist, utilizó teléfonos móviles recargables, difíciles de identificar.
Lo que hace pensar a los detectives que el autor de las llamadas sabe muy bien que al ser una comunicación telefónica muy breve es difícil de localizar.
Y al estar en un lugar muy poblado, con mucha gente circulando en todo momento, las cientos de cámaras de vídeo que hay en los lugares elegidos no podrán detectarlo.
- Hallan cadáveres recientes y otros de hace dos décadas enterrados en la playa
- El Jack el destripador estadounidense sorprende por su inteligencia
Las playas de Long Island son el lugar preferido donde los neoyorquinos para escapar del calor veraniego y para pasear en la primavera y el otoño disfrutando de sus arenas blancas y de sus espectaculares vistas del Atlántico.
El invierno es otra cosa. Duro, frío, el viento que sopla en la cara y la nieve que cubre una zona de alta vegetación, imposible casi de penetrar y un lugar ideal para esconder cualquier cosa.
Basura, viejos coches y también restos humanos.
Desde diciembre, la policía de los condados de Nassau y de Suffolk han encontrado los restos de 10 personas de distintas edades.
El martes se supo que uno de los muertos puede ser un niño de cinco años, junto con el cráneo de un hombre, huesos humanos todavía no identificados y los cadáveres descompuestos de, al menos, cuatro prostitutas desaparecidas en los últimos dos años.
Las autoridades creen que algunos restos humanos llevaban escondidos allí desde hace muchos años y otros, los de las mujeres, todas ellas de poco más de 20 años, han sido enterrados recientemente y que hay un asesino en serie que ha elegido Jones Beach y Gilgo Beach para esconder a sus víctimas.
Los investigadores sospechan que la persona que haya asesinado a las prostitutas conoce muy bien la forma en la que actúa la policía y puede ser uno de los suyos.
El asesino puede ser cualquiera afirmó Kevin Smith, uno de los detectives encargados del caso.
El autor de los homicidios ha empleado el teléfono móvil de una de sus víctimas, Melissa Barthelemy, de 24 años, para llamar telefónicamente a su madre y a su hermana.
Las llamadas fueron breves, de menos de tres minutos y realizadas desde lugares muy transitados de Nueva York como Times Square y el Madison Square Garden.
Además cuando contactó con las prostitutas, que ofrecían sus servicios en el sitio de la red Craiglist, utilizó teléfonos móviles recargables, difíciles de identificar.
Lo que hace pensar a los detectives que el autor de las llamadas sabe muy bien que al ser una comunicación telefónica muy breve es difícil de localizar.
Y al estar en un lugar muy poblado, con mucha gente circulando en todo momento, las cientos de cámaras de vídeo que hay en los lugares elegidos no podrán detectarlo.
