El paquirrín se cambia a DJ Kiko, explorando posibilidades

Bebita

Nuev@ Applesan@
El paquirrín se cambia a DJ Kiko, explorando posibilidades

Era la madrugada del sábado cuando cientos de jóvenes se apiñan en espera de su ídolo. Hay sudor, apretujones y un anticipo de histeria colectiva. Pasa un rato y nada. Pasa otro rato... Y menos todavía.

Cuando, de pronto, a lo lejos, se perfila un imponente vehículo blanco como la nieve, no es un avión, tampoco un ONVI ni el Papa móvil, es una interminable limusina.

Aquí no se baja ni una pareja de novios, ni una estrella del rock, ni un grupo de irlandesas borrachas en plena despedida de soltera. No. Tampoco es un Premio Nobel de Literatura el que desciende de semejante cochazo, ni el primero en armar completo el cubo de Rubik, ni el descubridor de la vacuna contra la malaria...


Se trata de Kiko Rivera, Paquirrín, el hijo de Isabel Pantoja, que está a punto de celebrar su flamante debut como DJ en una discoteca de la Costa Brava, playa de aro en la discoteca yamora, donde llevan el ambiente de la farándula televisiva. Por gente como él el público se da de tortas.

¿Por qué? Ni idea. Pero supongo que por lo mismo que se ha puesto tan de moda Francesc Satorra, más conocido en este momento como 'el tío del bigote', 'The Observer' o 'el hombre que lo vio todo'.

El único mérito de Satorra fue estar involuntariamente delante cuando Mourinho le metió el dedo en el ojo a Tito Vilanova (al que luego llamó Pito por su obsesión malsana con los árbitros). Ese hombre no hizo otra cosa que mirar. Fue el don Tancredo de aquella faena mal rematada por 'Matoncinho', pero ya solo con eso y con su aspecto de pasmarote se ha convertido en un héroe. A Paquirrín le pasa un poco igual.

Tras probarlo casi todo, futbolista, torero, monologuista, modelo, barman, parrillero, superviviente, actor de cine... y no destacar en nada, ha logrado llegar a las más altas cotas de popularidad. Ahora acaba de estrenarse como pinchadiscos bajo el nombre de DJ Kiko en olor de multitud. Habrá que ver cuánto pincha antes de que se le pinche el globo.

Quizá por la suerte del principiante, Paquirrín no sufrió en su noche estelar esa especie de plaga bíblica que puso a los elementos en contra de cuanta estrella global intentó actuar este pasado fin de semana en España.

Isabel Pantoja tuvo que cancelar un concierto en Cádiz por culpa del ventarrón de Levante, Julio Iglesias retrasó dos horas su recital en Ávila a causa de una pavorosa tormenta... Y para qué hablar de lo que se vivió en la vigilia papal de Cuatro Vientos, lugar conocido ahora como Cuatro Tempestades.

Pinchar discos se está convirtiendo en una digna alternativa al paro para algunos hijos de famosos. Clemente Lequio y Sofía Cristo ya lo han probado.

Ahora lo hace Paquirrín. Si no triunfa, le quedan otros campos artísticos por explorar. Por ejemplo, la canción protesta; o de protesta. O 'de próstata', como decía aquel viejo chiste de La Codorniz que me ha venido hoy a la memoria pensando en el incontenible Gerard Depardieu.
 
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